Capitulo
3: Y.O.U
Cuando se fueron llamé a mi madre para hablar
con ella, porque mi hermana me había dicho que se lo había contado y que estaba
todo el rato llorando. Le dije lo que me había pasado y que estaba
completamente bien. Los sedantes funcionaban a la perfección, así que mañana
iba a disfrutar como un niño con su primera bicicleta.
-¡Ay, Dios, nena! ¡No me vuelvas a dar esos
sustos que me llevas directa a la tumba!
¡Qué dramática! No pasó nada realmente grave.
También le dije que iba a ir al concierto igualmente, que ellos nos habían
reservado a mí y a Yong Soo unos asientos en las gradas cerca de ellos, que el
hospital me prestaría una silla de ruedas para ir. Ella estalló en cólera. Que
si era peligroso, que si podía hacerme daño, que si podía caerme… Yo no le iba
a hacer caso, después de que me propusieran ir.
Al día siguiente, el gran día, me desperté
pronto por los nervios y estuve todo el día escuchando sus canciones y viendo
las fotos que nos hicimos juntos. Mi hermana me había traído el portátil y ropa
nueva para esa noche, ya que no tenía pensado ir con el camisón del hospital. También
se había traído la plancha para peinarme un poco. Me repasé cada letra, cada
estribillo, aunque ya me las sabía todas. Lo único que me iba a decepcionar de
ese día era no poder saltar como el resto de personas. A la hora de comer me
atiborré a sopa y a natillas de vainilla. Consecuencias de los nervios. Y
después me levanté con cuidado, aunque me dolían levemente las magulladuras, y
me vestí con ayuda de mi hermana. Luego me peinó y llamó a la enfermera para
que trajera la silla de ruedas. Sentía mariposas en el estómago y algo que
quería explotar en mi interior y salir de mi cuerpo en forma de felicidad
extrema. Me contuve para no dar el espectáculo como hago en mi casa cuando no
me ve nadie. En la planta baja, la enfermera nos acompañó hasta un hombre
trajeado que decía estar esperándonos.
-Me envía el presidente Kim para que lleguen
antes de que comience a entrar toda la gente y puedan estar en el ensayo
general junto a las VIP.
Le seguimos hasta el coche y nos llevó hasta
el pabellón. Al llegar vimos la cola quilométrica que estaba esperando a que
las puertas se abriesen, aunque las VIP comenzaban a entrar por la puerta trasera.
Hacia allí nos condujo el amable hombre y nos llevó hasta los asientos que
teníamos reservados. Estaban realmente cerca del escenario y seguro que si
alargaba la mano se la podría estrechar. Me fijé en todas esas chicas en
primera fila esperando a que el ensayo comenzase, felices como yo, pero no
tanto. De eso estaba más que segura. Al poco rato de llegar nosotras comenzaron
a salir artistas de la compañía para empezar a ensayar. Todo el equipo estaba
preparado para probar los instrumentos y el material. Entre ellos vi a Key que
salió cerca de donde estábamos nosotras y saludó al público. Luego se giró
hacia donde estábamos mi hermana y yo y vino a saludarnos.
-¡Annyeong!- dijo jovialmente-. ¿Cómo estás
hoy?- se asomó a la baranda y nos estrechó la mano.
-Mejor. Ya no me duele tanto, aunque el golpe
que me di en el costado sí que me duele un poco.
-Bueno, pero eso se pasará rápido. Lo bueno es
que no tienes ninguna contusión interna en la cabeza- su sonrisa era cálida y transmitía
energía y felicidad-. Espero que disfrutéis muchísimo del espectáculo. Cuando
termine esperad a que se vaya la gente y Goo Jung-sshi os llevará de nuevo al
hospital- se dio la vuelta para reunirse con todos, pero antes se giró para
decirnos una última cosa-: Por cierto, ¿cuándo te dan el alta?
-Mañana podré irme a casa ya, aunque tendré
que seguir tomándome la medicación unos días más- le expliqué.
Se fue corriendo y gritando “fighting”, que ya
quedaba poco y que lo iba a bordar.
~*~
Cuando me tocaba salir a mí para ensayar lo
primero que hice fue mirar a ver si ya había llegado y allí estaba con su
radiante sonrisa. Levanté la mano para saludarlas y me concentré para no
llevarme un sermón como esta mañana. El ensayo pasó rápido y fue muy divertido.
Todos estaban contentos porque había venido mucha gente a vernos. En uno de los
momentos que no nos tocaba salir a ensayar, Minho y yo nos acercamos a las
ventanas y vimos la cola de gente que esperaba tarareando canciones y hablando
impacientes porque se abrieran las puertas. Estas cosas hacían que dieras todo
para que la gente lo disfrutara y hacían que quisieras seguir haciéndoles
sonreír como ellos lo hacían con los pequeños detalles que te daban o el simple
hecho de venir a recibirnos en el aeropuerto o a los conciertos y corear tus
canciones. A mí al menos me subía la moral.
-¡Uooh!- exclamé.
-Hay mucha gente.- Minho se separó y volvió
adentro.
Esperé paciente a que mi plataforma me lanzara
al escenario. Era una de las primeras personas en salir junto con Sungmin,
Donghae, Hyoyeon, Yuri y Yoona. La música y los bramidos de la gente inundaron
el ambiente.
-¡Diez segundos, chicos!- nos avisó la
coordinadora.
La concentración se apoderó de mi mente y me
dejé llevar como en cada presentación, ligero, rápido, con alegría adolescente,
según el presidente Kim. Cada paso que realizaba y cada movimiento, cada nota
que salía de mi garganta en forma de verso formando una canción llena de
energía y de sentimiento era todo lo que podía hacer para agradecer que toda
esa gente que había dejado el pabellón sin lugar ni para una mota de polvo. La
sonrisa me salía sola. Saltaba y gritaba, esperando a que mis compañeros
hicieran también su aparición. Dos cañones de confeti estallaron al acabar la
canción y todos nos juntamos en la parte delantera del escenario, con cogimos
de las manos y saludamos al público.
-¡WELCOME TO
THE SMTOWN SHOW! - gritamos al unísono. Todo el local irradiaba felicidad y alegría.
El concierto duró casi tres horas. Al terminar
estábamos agotados, pero todavía nos quedaron algo de fuerzas para salir con
nuestras bolsas llenas de regalos y lanzarlos al público. Yo fui expresamente a
ellas dos para dárselos en la mano. Había escogido un conejo blanco para ella y
un oso para su hermana. Lo abrazó como si fuera el tesoro más preciado de su
vida y se lo agradecí con una sonrisa. Vacié la bolsa enseguida y cuando
terminamos nos volvimos a despedir como habíamos empezado.
-¡Ha sido genial! ¿Verdad?-exclamó Shindong.
-Me lo he pasado muy bien y se sabían todas
las canciones. Me han impresionado- Sunny también estaba impresionada, como
todos-. Creo que el presidente Kim debería pensarse lo de venir aquí a hacer
conciertos todos los años. De cada grupo, me refiero, no el SMTOWN. Seguro que
nos recibirían igual que hoy.
-¿Podemos?- le pregunté inocente.
El presidente se quedó pensativo durante un
momento antes de contestar.
-Tras vuestra presentación del próximo álbum y
vuestra gira por Asia, haremos una gira por Europa y América.
Todos estábamos contentos por su respuesta.
Nuestros compañeros nos felicitaron y esperaban poder hacer lo mismo cuando
hicieran su propio comeback. Pasó casi una hora hasta que el pabellón entero se
hubo vaciado. Me asomé varias veces para ver si seguían allí y esperaba
tranquila mientras hablaba con su hermana emocionada. Cuando ya no había nadie,
el secretario del presidente Kim fue a buscarlas y las llevó hasta el coche en
el que vinieron. Ella se giraba de vez en cuando y buscaba entre los trastos
del escenario por si veía a alguien mientras su hermana empujaba su silla de
ruedas y se marchaban. En ese momento Key me empujó y salimos los cinco para
despedirlas. Su rostro se iluminó al vernos y yo creo que me sonrojé un poco.
-¿Os habéis divertido?- preguntó Jonghyun.
-¡Sí, mucho! ¡Ha sido increíble! ¡Nunca me
había gustado tanto un concierto!
-Me alegro. Cuidaos mucho y espero que te
recuperes pronto de las magulladuras.
-Muchas gracias. Por eso y por todo lo que
habéis hecho por mí.
Estuvo agitando su brazo hasta que nos perdió
de vista.
~*~
Sentía tanta emoción que no podía ni siquiera
dormir. La camilla me parecía incómoda en ese momento y sólo tenía ganas de
revivir ese momento una y otra vez en mi cabeza. No volvería a verlos, puede
que en un concierto sí, pero seguro que ni se acordarán de mí… Eso me ponía un
poco triste, pero no iba a dejar que me deprimiera. No ahora. Le di al botón de
la cama para quedarme sentada y cogí mi iPod y la cámara para revivir el
momento aunque fuese con fotos. Hice algún que otro video, pero como no se
veían muy bien no les hice caso. Me importaba más el que había hecho mi primo
cuando vinieron al hospital. Él me lo había pasado a mi propio móvil para poder
verlo tantas veces como me apeteciera. Y así pasé mi última noche en el
hospital hasta que acabé rendida y el sueño se apoderó de mí mientras escuchaba
Hit me.
Los rayos de sol que se colaban por las
rendijas de la persiana me despertaron sobre las diez de la mañana. Mi hermana
me dijo que el primo nos recogería a las doce del mediodía para llevarnos a la
estación de tren, que ya llevaría nuestras cosas. Me levanté con ayuda de las
muletas y abrí la persiana. Fui al baño y me arreglé un poco el pelo, me lavé
la cara y me vestí como pude. Poco después llegó mi hermana a la habitación y
me dijo que ya había llegado. Recogí mis cosas y las metí en la mochila. Mi
primo estaba en la entrada con el coche esperándonos. Bajé hasta allí con la
silla de ruedas porque todavía me dolía el tobillo. Nos subimos al coche y
dejamos atrás uno de mis lugares favoritos a partir de aquel momento.
-Bueno… Espero que nos veamos otra vez pronto
y que no estemos siempre hablando por facebook- se rió y me abrazó.
-Espero, aunque todo depende de mis padres que
también quieren venir.
Nos despedimos de él y subimos al tren. El
camino se me hizo algo largo, porque me empezaba a doler todo y no tenía las
pastillas a mano. Intenté desconectar y pensar en otra cosa. Cosa que no era
otra más que Taemin y su linda sonrisa mientras cantaba. Deseaba regresar al
pasado, a ese momento y volver a abrazarle y escuchar su dulce voz.
Ya en casa mi madre me abrazó llorando y
diciéndome que sabía que iba a pasar algo malo y que no me fuera más, bla, bla,
bla… Fue una coincidencia. Una
maravillosa coincidencia, pensé. Mi padre también me preguntó por mi estado
y me dio un beso en la frente, al igual que a mi hermana. Cuando mi madre se
calmó decidí enseñarles los videos y las fotos del concierto. Como no los
conocían no se ilusionaban como yo. Y cuando les enseñé esos, decidí relatarles
mi maravillosa experiencia en el hospital, el culpable de que hubiera ido a
parar allí y sus consecuencias. Mis padres hasta que no les enseñé el video y
las fotos no se lo creían.
-Estarás contenta, ¿no?- me dijo mi madre.
¿Cómo podía preguntarme eso? Estaba a punto de
llorar sólo de recordarlo. A veces creo que voy a deshidratarme de tanto
llorar. ¡JA! No caerá esa breva, Solía
decirme mi mejor amigo. De broma, por supuesto.
“Tturuhjyuh kkeh-jeel-tteut-han toomyunghan negeh, dahl-kohm-han dohk-mool puh-jee-deut, ha-yaht-keh uruh-boo-teun neh oren sangchyuh-gah, nuh-yeh gahseum-sohk geep-gae puh-jyuh-doh…”
La alarma del móvil volvía a sonar para recordarme que tenía que ir al infierno llamado instituto. Últimamente no iba muy bien en los estudios, pero intentaba esforzarme cuanto podía. Me levanté a regañadientes y me arreglé todo lo rápido que pude para no llegar tarde el primer día después de las mini-vacaciones. Estos días mi padre me llevaría a clase con el coche, porque no estaba para andar todavía. Suerte que todas las clases las tengo en la misma aula, menos dos, pensé. Hacía un día soleado, pero corría un aire bastante fresco, así que cogí la chaqueta. En clase, otra vez volví a reproducir el momento una y otra vez a cada uno de mis amigos. Algunos no le prestaron atención, porque esas cosas no les interesan, otros se alegraron por mí y otros se tiraban de los pelos de la envidia (jojojojojo). A última hora, ya cansada, intentaba no prestarle atención al reloj porque estaba segura de que el tiempo no pasaba y que las manecillas me jugaban una mala pasada adelantándose y retrocediendo. La profesora se quedaba mirándome mientras explicaba y eso impedía que se me cerraran los ojos, pero creo que la estaba asustando porque los debía tener muy abiertos para no dormirme. Justo cuando sonó la musiquita que anunciaba el final de las clases (y que me recordaba a Japón porque era la misma), mi compañero gritó de júbilo y todos salimos disparados para casa sin dejar que la profesora terminara de hablar.
Por el camino iba acompañada de Woosung, mi compañero de pupitre y mejor amigo desde los diez años, que hablaba sin parar de las ganas que tenía de que acabaran las clases y que llegase el verano para poder visitar a sus parientes de Corea. Él era el que se tiraba de los pelos cuando le contaba lo cerca que había estado de Key, que es su preferido. Woosung ya los había visto en un evento de la SM en Corea hace casi dos años, pero no era comparable con lo que había vivido yo. Yo también me moriría de la envidia si le hubiera pasado a cualquier otra persona.
-¿Hye Hoon?- me llamó-. ¿Por qué no respondes a mis ataques? Normalmente estás más divertida.
-Lo siento… Es que ando bastante distraída. ¿Qué decías?- le miré con curiosidad por saber lo que me estaba contando esta vez.
-Nada, da igual. Eran tonterías para sacarte de tus casillas como siempre- sonrió pícaramente y me revolvió el pelo como solía hacer desde que nos conocimos. Decía que tenía el pelo muy liso y que le recordaba a su hermana pequeña.
-A veces no sé cómo te aguanto- le pellizqué el pómulo y salí corriendo delante de él.
-¡Porque estoy como un queso y porque sin mí no aprenderías coreano!
Oía cómo se acercaba corriendo, por supuesto más rápido que yo, y me rodeaba la cintura con sus brazos. Yo intentaba resistirme entre carcajada y carcajada, pero no podía con él. Al final me soltó y continuamos camino a casa. Al llegar me dio un beso en la frente y volvió a revolverme el pelo.
-Estudia. Y no coreano, sino historia. Sabes que puedes aprobar.
Me quedé en la puerta viendo cómo se iba calle abajo. Cuando se ponía tan serio a veces me daba miedo, pero sabía que tenía razón. No aprobaba porque era una completa vaga. Suspiré y entré dejando la mochila en la puerta de mi habitación y entrando en el comedor para saludar. Mi madre no estaba así que deduje que estaría trabajando. Mi padre ya había preparado la mesa y la comida. Me dirigí a la silla y me desplomé agotada. Comí todo lo rápido que pude evitando el atragantamiento y me fui a la habitación para estudiar. Saqué el libro y lo abrí por el tema. Todavía me quedaba una semana para el examen, pero si no me ponía ya no lo aprobaría. Al principio todo bien, pero conforme pasaban los minutos me dormía más y más. Decidí ponerme algo de música para evitar el silencio, pero no funcionó, así que acudí a mi último recurso: llamar a Woosung. Dieron diez tonos y no lo cogió. Lo hace a propósito, pensé. A los pocos minutos me llamó él.
-¿Pasa algo? Estaba en la ducha- preguntó preocupado.
-¡Qué va! Es solo que quería preguntarte si podía ir a tu casa a estudiar. No me concentro y quería preguntarte algunas dudas.
-Claro. Ven en media hora. Dame algo de tiempo para arreglar un poco la habitación.
-Vale, pero no tardes que me aburro como una ostra.
-¡Pues haz los deberes de mientras! Seguro que así mantienes la cabeza en otro sitio que no sea el trasero de Taemin.
Eso me sorprendió. Yo no pensaba en su trasero. Ni siquiera estaba pensando en él en ese momento. Dejé el móvil en la mesita de noche y recogí las cosas que necesitaba. Cuando salí de casa el sol me cegaba. Todavía hacía algo de calor aunque estábamos casi en invierno. El cambio climático apesta. Al llegar a su puerta toqué a la ventana para que su madre me abriera. Hice una reverencia y entré directamente al cuarto de Woosung como siempre.
-¡Hye Hoon-unnie!- escuché una vocecita tras de mí y me giré para saludarla.
-¡Hola, Narae! ¿Cómo estás? ¿Vas bien en el cole?
-Sí. Es todo muy fácil y mi hermano me ayuda siempre que tiene tiempo si no entiendo algo.
-Me alegro. No seas como yo y sigue su ejemplo.
Abrí la puerta sin tocar y me lo encontré en calzoncillos con los pantalones en la mano. Nos quedamos paralizados, mirándonos con los ojos como platos. Cerré la puerta sin decir palabra y esperé a que él la volviera a abrir. Cuando lo hizo estaba rojo como un tomate y supongo que yo también. Me invitó a entrar y me senté en la cama.
-¿No te han dicho nunca que se llama antes de entrar?- parecía algo molesto, pero enseguida cambió de expresión y se puso en modo “macho men seductor”-. Sabes que te ha gustado el momento.
-¡Cállate y saca el libro y los apuntes!
Seguía mirándome picarón, pero yo no le hacía caso. Quería aprobar este examen y demostrarle a la profesora que puedo hacer más de lo que ella ve. Al principio estábamos bien, callados y concentrados. Lo que no entendía se lo preguntaba, pero cuando comencé a liarme de verdad me desconcentré y empecé a hablar molestándole a él también. Me preguntó qué era lo que no entendía y se lo dije. Sacó una hoja y me hizo un esquema para saber cómo organizar el tema y las ideas importantes. Cuando hacía esas cosas se concentraba un montón y no parecía el mismo.
-Deberías ser profesor. Los alumnos te adorarían y saldrían sacando dieces del instituto.
Sonrió pero no contestó. Realmente agradecía
todo lo que hacía por mí. A veces creo que no me lo merezco, aunque cuando le
digo esas cosas él se enfada un montón conmigo, porque dice que no me valoro a
mí misma… Puede que tenga razón en eso también. Como en todo.
~*~
Hoy comenzábamos a grabar el nuevo MV. Ya habíamos grabado el mini-álbum entero y ensayado hasta la saciedad todos los bailes de todas las canciones. Estaba algo molesto con el pelo que me habían hecho pero decían que sólo era para la presentación, que luego me lo podría cortar. No me molestaba tenerlo largo, pero no acababa de acostumbrarme. Además que era más largo que cuando sacamos el álbum de Lucifer. Jonghyun se acercó a mí al verme algo cabizbajo.
-¿Te pasa algo?- preguntó.
-No, qué va. Es que… Estoy bastante cansado últimamente. No duermo muy bien y creo que he adelgazado.
-Sí… Se te nota más flaco. ¿No comes bien?- parecía bastante preocupado por mí.
-Sí que como, pero no como suficiente creo. No sé. No tengo apetito.
-Bueno. Tú aunque no tengas hambre tienes que comer que estás hecho un saco de huesos.
-Y tú un saco de músculos.
Sonrió tocándose el abdomen orgulloso de sus músculos, se fue al centro de la habitación y se preparó para grabar su parte en solitario. Los demás teníamos descanso hasta que nos llamasen. Aproveché para ir al baño y refrescarme un poco. Me dolía la cabeza por no dormir bien, pero podía aguantarlo. No podíamos perder ningún día de trabajo. Quedaba muy poco para presentar el álbum y teníamos que tenerlo todo preparado. Cuando salí Jonghyun ya había terminado con su parte y estaban grabando la de Key. Íbamos bastante rápido, ya que eran escenas fáciles de tomar, pero cuando rodáramos la parte de historia iba a costar más tiempo. Me froté los ojos y la chica se acercó a mí para retocar mi maquillaje.
-Eres el siguiente, Taemin.
Hice todo el esfuerzo que pude para que saliera bien aún estando somnoliento. Cuando nos enseñaron las imágenes vi que habíamos hecho un buen trabajo. Va a quedar genial, pensé. Después de comer y grabar algunas escenas más, nos fuimos a casa, ya que no teníamos nada más en la agenda nos quedaban cuatro horas libres hasta la hora de la cena, así que tratamos de aprovecharlas al máximo. Jonghyun decidió ponerse a dibujar, le relajaba mucho, decía. Onew y Minho estaban jugando a videojuegos, y Key y yo respondíamos algunos de los mensajes que nos habían dejado en me2day. Era complicado responder a todos porque había muchos, pero intentábamos contestar los máximos posibles. Cuando yo iba a apagar el ordenador Key apartó mi mano del ratón y señaló un mensaje que le había llamado la atención.
-¡Es de Hye Hoon!- dijo feliz-. Vamos a contestarle, pero por privado.
Me quitó el portátil de las manos y comenzó a escribir como loco. Luego me lo pasó para que yo escribiese algo. Al principio no sabía qué poner, pero luego comencé a hablar como si fuera una amiga de toda la vida.
Hola Hye Hoon-noona, soy Taemin ^_^ Espero que tu herida ya se haya curado y que ya no te duela el tobillo. Si no es así, entonces recupérate pronto. Estoy seguro de que ya lo habrás leído, pero te lo digo igualmente. Dentro de unas tres semanas lanzaremos el teaser del single de nuestro nuevo álbum y al día siguiente saldrá al mercado el álbum. Espero que lo veas y que te guste mucho ^O^ El MV entero lo lanzaremos una semana después. Un saludo, SHINee!
Quería ponerle más cosas, pero no podía enrollarme. Después de su mensaje nos había enviado una foto. Era la que nos hicimos todos en el hospital. Salía realmente bonita, aunque tenía los ojos un poco rojos de llorar. Jonghyun y Onew salían muy graciosos. Minho sereno y sonriente, como siempre. Key adorable y a mí se me notaba algo nervioso. Era una foto divertida. La descargué y me la guardé en mi carpeta personal.
Después de cenar fui yo el que se puso a jugar. Me lancé al sofá y apoyé la cabeza en las piernas de Minho que estaba a mi lado leyendo. De vez en cuando me miraba jugar y se reía de mí porque decía que era penoso. Yo le reté a que le ganaba seguro y me tendría que invitar a comer pollo frito. Él accedió muy seguro de que iba a ganar, pero no lo consiguió. Al principio era él el que más mercenarios había eliminado, pero en el 3/5 comencé a ganar yo y le hice prometer que me invitaría a dos raciones. Jonghyun entró en la habitación después de ducharse y dijo que el baño estaba libre. Me di una ducha rápida y me acosté después de secarme el pelo. Jonghyun, que dormía en la misma habitación que yo, entró cuando estaba a punto de apagar la luz y calló rendido en la cama.
-Estoy hecho polvo. Si hubiera podido me habría acostado hace dos horas.
-Podrías haberte duchado antes de cenar, en vez de dibujar tanto y así haberte acostado antes- le miré riéndome y él se tapó la cara con el brazo, derrotado.
-Pero me apetecía dibujar- suspiró-. Bueno, vamos a dormir, que mañana tenemos muchas cosas que hacer.
Apagué finalmente la luz y me tapé con la
sábana. Por primera vez en semanas conseguía dormirme rápido y sin sueños
extraños.
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[Por favor no copiar o modificar el texto sin mi permiso © Aruba García]
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