Capitulo 8: Honesty
Me separé lentamente de él y cuando miré a mí
alrededor me di cuenta de que nos estaban mirando sorprendidos. Bajé la mirada
avergonzada y sin previo aviso Taemin me agarró de la muñeca y me arrastró
hasta la calle, con las miradas de asombro de todos siguiéndonos hasta
desaparecer por la puerta trasera. Tiró de mí sin hacerme daño hasta un hueco
entre dos casas lo suficientemente grande para que pudiéramos entrar los dos,
algo apretados, y lo suficientemente pequeño para que nadie nos molestase. Me
miró tan serio que comencé a asustarme. Hice ademán de hablar, pero me tapó la
boca con la mano.
-Solo quiero preguntarte una cosa… Y quiero
que seas sincera…- su tono parecía suplicante. Asentí
animándole a preguntar- ¿Tú… me has besado porque de verdad… te gusto o porque soy famoso?
animándole a preguntar- ¿Tú… me has besado porque de verdad… te gusto o porque soy famoso?
Eso me dolió. Ni siquiera pensaba en él como
un famoso desde los últimos cuatro meses. Hacía tiempo que le admiraba como
persona y sobre todo como un gran amigo. Le cogí la mano con delicadeza y la
aparté un poco sin separarla de mí. La apoyé en mi corazón para que sintiera lo
acelerado que iba cada vez que se acercaba a mí, cada vez que notaba su mirada,
cada vez que sonreía… Me armé de valor y hablé.
-Hace ya tiempo que siento algo por ti, pero
no quise aferrarme a ese afecto, porque es muy difícil que tú y yo podamos
estar juntos. Tampoco sé si es amor. En estos momentos solo sé que no puedo
vivir sin ti.
La voz se me fue apagando con forme hablaba y
las lágrimas se agolpaban en mis ojos. Con la mano que tenía libre me acarició
el rostro, se inclinó y posó sus labios sobre los míos dulcemente.
~*~
Salir de esa casa fue lo primero que me pasó
por la cabeza. Fue un impulso. Ni siquiera me paré a pensar en la prensa o en
las fans. Por suerte casi nunca había nadie por la zona donde vivíamos. Después
de aclarar nuestra situación decidimos dar la cara delante de todos y volvimos
a la casa. Quería coger su mano, pero no me atrevía por si nos veía alguien y
la metía en un lío. Al llegar entré primero yo y todos estaban sentados frente
al televisor. Toqué a la puerta y apoyé mi mano en la espalda de Hye Hoon para
acercarla a mí. Los chicos se giraron y los que estaban en el suelo se
levantaron.
-Bueno… ¿Nos lo vais a explicar?- dijo Key con
una sonrisa de oreja a oreja.
-Así que era esta la razón por la que querías
venir. Ya sé que me mentiste, era imposible no darme cuenta. Pero después de lo
que me contaste no quise fastidiarte el plan- Woosung se acercó y abrazó a Hye
Hoon- Si alguna vez la haces llorar te mataré.- me dio una palmada en el hombro
y se apartó para dejar que Key se nos acercara gritando. Nos felicitó y nos
abrazó tantas veces que no puedo ni recordarlo.
Quería huir de toda esa situación embarazosa y
por las miradas de Hye Hoon creo que no era el único.
Después de todo el barullo que montamos los
dos intentamos pasar un rato a solas para hablar, pero como le quedaban pocos
días de vacaciones, los chicos quisieron estar con ella también. Aunque
encontré una oportunidad cuando estaban a punto de irse a casa para pedirle su
dirección y una cita.
-Mañana por la mañana pasaré a recogerte. ¡No
puedes irte sin estar un día a solas conmigo!
Asintió y salió por la puerta sonriendo.
~*~
Me arreglé con tiempo porque no me dijo a qué
hora de la mañana pasaría a buscarme. Yo, precavida, me había levantado a las 8
de la mañana y había preparado todo lo necesario. La abuela de Woosung ya
estaba despierta cuando bajé a desayunar.
-Te oí y bajé a prepararte algo rico.
-¡Oh, no es necesario! No debería haberse
molestado. Puede ir a descansar.
-Ya estaba despierta, tranquila.- me sonrió
amablemente y dejó el último tazón sobre la mesa.
Era demasiada comida para mí sola, pero traté
de comérmelo todo ya que lo había preparado con tanto esmero. Después de
engullirlo todo me tomé la manzanilla con especias que cultivaba la abuela,
soplando y resoplando para no quemarme. Parece
que les ponga quemarse la lengua a los coreanos, pensé. Después para
relajarme un poco me senté en la alfombra de la pequeña salita a leer, para
matar el tiempo hasta que llegase Taemin. ¿Me
pregunto qué se habrá puesto para no llamar la atención?
Eran casi las 10:30 cuando alguien tocó a la
puerta. Como yo era la que más cerca estaba me levanté y abrí. Frente a mí
estaba Taemin con unas gafas de sol, una gorra negra y la ropa más hortera que
pudo encontrar en su armario. Sin querer solté una carcajada, pero se había
disfrazado bien. Había intentado ponerse ropa con la que la gente no lo
reconocería ni por asomo.
-Bueno… ¿Me parezco a mí?- preguntó estirando
su camiseta rapera que le venía como un vestido.
-De lejos estoy segura de que no.
Cogí el bolso y me despedí de la abuela.
Woosung ya estaba avisado de que pasaría el día fuera, así que planeó un día
con su hermana, para llevarla al parque de atracciones. Me subí al taxi con el
que había venido y por fin me besó. Fue un pequeño roce en los labios, pero
algo es algo teniendo en cuenta que es asiático. Me miró algo avergonzado. Claro, no ha sido mejor porque le da
vergüenza delante del taxista, pensé.
-Y dime… ¿Dónde vamos? ¿A un karaoke, a la
playa, a un restaurante a comer…?
-Al zoo- respondió.
-¿Por qué los asiáticos siempre lleváis a las
chicas en la primera cita al zoo? ¿Qué tiene un zoo que os enamora?
Me miró sorprendido y divertido y sin dejar de
reírse me dijo:
-¿Qué tienes tú en contra de los zoos? Si no
te gusta podemos ir a otro sitio. A mí no me importa.
-Qué va- apoyé la cabeza en su hombro- Me da
igual con tal de estar contigo.
Apoyó su cabeza sobre la mía y entrelazó
nuestras manos, quedándonos así hasta que llegamos al pequeño zoo. Estaba
alejado del centro y no parecía haber mucha gente.
-He elegido este sitio porque no suele venir
mucha gente y es calmado, así podemos pasear más tranquilos.
Asentí y le tiré del brazo para que entráramos.
Había animales de todo tipo. Desde iguanas y lémures hasta cocodrilos y leones.
Según había leído antes de entrar era un zoo donde llevaban los animales que no
podían criarse en libertad porque estaban enfermos o simplemente porque no
habían sido capaces de aprender de sus madres. Por los reptiles preferí pasar
rápido, aunque a Taemin parecían entusiasmarle. Me colgó una serpiente en el
cuello y yo casi salgo corriendo de no ser por el cuidador que me sujetó para
quitármela de encima. En cambio en los leones fui yo la que le retuvo. Le
gustaban como a mí, pero les tenía respeto. Decidí acercarme a los cachorros y
conseguí que me dejaran darle el biberón a uno.
Cuando miramos el reloj nos dimos cuenta de
que se nos había pasado volando la mañana y ya era hora de comer. La tripa
comenzó a hacerme ruidos. Provocando la risa de Taemin. Le di un codazo.
-¿Te has divertido?- preguntó sin dejar de
reírse.
-Pues sí- contesté colgándome de su cuello y
subiéndome a su espalda- Ha sido una experiencia maravillosa. Espero que hayas
sacado las fotos que te he dicho. Porque pienso revelar la que estoy con el
pequeño león.
-¿Y las que estamos juntos con los lémures
no?- preguntó haciendo pucheros.
-Idiota. ¡Claro que sí!
Le di un beso en la mejilla y nos dirigimos al
café-restaurante que había al otro lado de la calle. El resto del día lo
pasamos de aquí para allá, siempre por sitios donde había poca gente, por
tiendas pequeñas y por supuesto al karaoke. Cuando pasamos por delante de un
tenderete que había en la calle me quedé mirando un llavero pequeño con una
guitarra. Le miré sonriente y emocionada por lo que iba a hacer.
-Siempre me ha hecho ilusión hacer esto- le
dije que esperase y que no mirara lo que iba a comprar. Cuando volví se lo
enseñé. En una mano tenía la guitarra roja y en la otra la negra- Uno es para
ti. ¿Cuál te gusta más?- me miró sorprendido.
-Pensaba que decías que eran cosas de niñitas.
-¡Cállate y elige! O me los quedo yo los dos.
Me quitó el negro de la mano y se lo colocó en
el móvil.
-Era para las llaves pero vale, puedes usarlo
ahí también- cogió el mío y lo puso en mi móvil- Me da vergüenza hacer esto,
¿sabes?
-Has sido tú la que los ha comprado.
-Pero no para esto.
Comenzamos a reírnos y cogimos un taxi para
volver. Al principio llevábamos la ruta buena, pero después el coche fue en la
dirección contraria a la casa de los abuelos de Woosung. Miré a Taemin
extrañada pidiéndole una respuesta.
-Woosung sabe que no vas a ir hoy a casa.
Tengo su consentimiento como tu mejor amigo- le miré más sorprendida todavía-
Los chicos han salido hoy y llegarán tarde.
No pude descifrar su mirada, así que decidí
esperar hasta llegar a la casa y preguntarle qué tramaba. Suponía que sería
alguna película o algo parecido. Era asiático así que no podía esperar otra
cosa. Aunque no todo era como en los doramas. Al llegar me metió rápido en la
casa para que nadie nos viera. Al entrar me dirigió a su habitación y me dijo
que me pusiera algo de su ropa para dormir. Cogí mi camiseta favorita, la que
llevaba en el vídeo de la práctica de Lucifer, y unos pantalones cualquiera y
me fui al baño a cambiarme. Estaba muy nerviosa por pasar nuestra primera noche
juntos, pero estoy segura de que será genial.
~*~
Cuando Hye Hoon entró en la
habitación la iluminó por completo. Llevaba mi camiseta de rayas negras y
blancas y unos pantalones piratas rojos. La cogí del brazo y la obligué a
sentarse a mi lado. Acaricié su rostro pasando por los ojos, la nariz, los
pómulos y finalmente la besé con ternura. Ella lo correspondió con ganas y
rodeó mi cuello con los brazos. Enredé mis dedos en su pelo y la atraje más
hacia mí, impaciente. Quería que esa noche fuese perfecta. Empezaba a costarnos
respirar así que nos separamos para recuperar el aliento y nos miramos a los
ojos. Ella sonrió y me dio un beso en la punta de la nariz antes de quitarme
temblorosa la camiseta. Se quedó mirándome sonrojada. Parecía que se había
paralizado así que la ayudé a reaccionar. Cerré sus ojos y al quitarle la
camiseta besé su cuello. Se estremeció y apoyó sus manos contra mi pecho
obligándome a separarme y mirarla a los ojos. Dudó un poco, pero finalmente
habló.
-¿Estás seguro?- yo la miré confuso
y ella continuó- Esto solo lo quiero hacer si estás seguro de que quieres…
hacerlo… conmigo…
La abracé como si fuera la última
vez que la veía y volví a besarla.
-No te atrevas a volver a preguntar
eso- susurré. Apenas podía hablar de los nervios, pero me esforcé- Te quiero y
aunque vivas lejos y no nos vayamos a ver mucho, te seguiré queriendo.- me
acerqué a su oído y se lo repetí para que se le quedara grabado- Saranghae.
Volvió a rodear mi cuello y me besó
con impaciencia. Terminamos de deshacernos de nuestra ropa y se quedó tumbada
debajo de mí, completamente desnudos. Pasé mi mano por su rostro y realmente
avergonzado le pregunté:
-Oye… ¿Es tu primera vez?- nos
miramos fijamente, yo nervioso, ella cada vez más sonrojada. Un rato después
rompió el silencio incómodo.
-Sí… ¿Y la tuya?- me preguntó
sonriendo con nerviosismo.
-También- sonreí igualmente.
Sin aguantar más cerró los ojos y
asintió. La besé por última vez antes de penetrarla. Comencé despacio,
totalmente inexperto, pero intentando que fuera la mejor noche de nuestras
vidas. Aumenté un poco el ritmo excitado por sus gemidos, un tanto reprimidos.
Me acerqué a ella sin parar de entrar y salir y la besé. Nuestras lenguas
bailaron al mismo ritmo. Pero ella se paró y me miró.
-Ya… Casi…
Aumenté todavía más el ritmo.
Rozaba cada recoveco de su piel, cada mechón de pelo. Ella acariciaba mi
espalda, ambos llenos de sudor. Un poco
más. Di la última embestida y los dos caímos rendidos en la cama. Nos
quedamos tirados un rato hasta que Hye Hoon se levantó y me dijo que deberíamos
ponernos la ropa para que no nos vieran así los chicos. Nos volvimos a acostar
y nos dormimos abrazados.
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